miércoles, 11 de enero de 2012

El antes y el ahora de la Danza de los Palos

Los orígenes de esta danza se remontan al siglo XVI , siendo incluso anterior al nacimiento del núcleo poblacional. Procede del norte de la península y se introducen en tierras andaluzas tras la emigración y castellanización de algunas zonas. Pertenece a la denominada danza pastoril y se caracteriza porque los hombres portan varas arqueadas, enlazadas y decoradas con cintas de colores, símbolo de vida nueva. Es bailada para rendir tributo a la Virgen de la Blanca, patrona de Villablanca. Los danzaores son siempre hombres y en número impar, 11, 13 ó hasta 15 de forma excepcional, bailan al son de la flauta, el tamboril y las castañuelas y son dirigidos por el manigero. Sus actuaciones se ciñen a los cultos en honor de la Patrona, sobre todo en las fiestas patronales de finales de agosto. El grupo más joven danza en el traslado del Simpecado el primer domingo de mayo antes de la romería y el último sábado de agosto en la ofrenda de flores a la Virgen. Aparte de los actos religiosos, la danza de los Palos abre cada año la edición del Festival Internacional de Danzas, declarado de interés turístico de Andalucía.

Durante los años 60 la danza sufrió por las fuertes emigraciones llegándose a contabilizar cinco danzantes en alguna ocasión, en los años 80 ayudada por cursos de aprendizaje gozó del esplendor que llega hasta nuestros días.

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